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El Jardín del Turia es el pulmón verde de Valencia. Recorre la ciudad de este a oeste con más de ocho kilómetros transitables. Desde el Parque de Cabecera hasta la Ciudad de las Artes y las Ciencias, existen una gran cantidad de rincones para ir en bicicleta, correr o, simplemente, pasear. No obstante, el río es mucho más que un gimnasio al aire libre. Es toda una alternativa gastronómica. Es un remanso de paz en mitad del caos de la ciudad perfecto para organizar un picnic, tanto en el césped como en los merenderos repartidos a lo largo de su itinerario. Además, cuenta con varios bares y restaurantes en los que detenerse a disfrutar del paisaje del parque urbano y saciar el apetito. En ellos, se puede almorzar un bocata y picotear algunas tapas, asistir a un concierto al aire libre o degustar un menú dentro de un submarino.
Redacción Blanca Sánchez
Diseño y maquetación Beatriz de Zúñiga
Infografía Patricia Cabezuelo y Bruno Perales
Fotografías I. A. / J. S. / I.M.
Vídeo Amalia Yusta y Paco sánchez
Coordinación Mikel Labastida
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La pandemia nos ha dejado algunas costumbres que la pospandemia ha logrado conservar. Y una de ellas, es la de comer al aire libre como preferencia, siempre que es posible. Y es que además de que el exterior tiene una mejor ventilación que los interiores, el hecho de que bares y restaurantes permanecieran meses cerrados, empujó a los valencianos a lanzarse a una de las prácticas más antiguas de la vida social: los pícnics. Y, con una extensión de más de ocho kilómetros de zonas verdes, el Jardín del Turia es una de las mejores zonas para compartir un piscolabis al aire libre. A la vieja nueva moda se han sumado hasta los restaurantes de la ciudad, que también han puesto su granito de arena con menús específicos para llevar que se pueden consumir sobre el mantel de cuadros rojos. Todo un resurgir de los pícnics en Valencia...
Para hacer un pícnic no hay que complicarse demasiado, pero conviene planificar con cierta antelación todas las cosas que llevaremos en nuestra cesta. Aunque lo importante es pasar un día con amigos o en familia al aire libre, mejor ayúdate de esta lista para que todo salga perfecto. Aquí te dejamos doce consejos para que tu pícnic en el Jardín del Turia sea un éxito. Ah, y no te olvides de recoger todo cuando acabes...
Cerca de 100.000 personas pudieron degustar la que desde ese instante y durante una década fue la paella más grande del mundo. Los maestros cocineros, dos conocidos de la gastronomía valenciana: Antonio Galbis y Manuel Velarte. El lugar elegido fue el habitual para los festejos actualmente, el comprendido entre el puente de la Exposición y el de las Flores. Allí se celebró el 8 de marzo de 1992 la gran fiesta en la que se cocinó una paella para 100.000 personas, con una lista de productos que en cantidades es impensable...
No hay nada más valenciano que tomar horchata con fartons. Esta bebida tradicional es, además, uno de los sabores del verano. Se puede tomar líquida, granizada o mixta. Sea como sea, un sorbo suyo es ideal para esos días en los que el calor aprieta. En el río es posible disfrutar del oro líquido de Valencia tras una larga caminata o paseo en bicicleta. Hay una inmesa terraza en la zona de la Ciudad de las Artes y las Ciencias para ello. Además de pedir (o probar, por primera vez) este manjar, tienes otras opciones de bebida como granizados o batidos. Otra opción es sentarte en el césped del parque urbano a disfrutar del vaso de horchata o en las zonas de picnic que están detrás del moderno complejo. En otros bares que se extienden a lo largo del río también ofrecen esta típica bebida valenciana.
Pedimos a cinco cocineros, un repostero y una sumiller que interpreten el río en platos, helados y vinos. Esta excusa nos permite empujar la barca por el curso de sus recuerdos, y a la vez navegar por la memoria de València. Cuenta Migue Señoris que su padre y él jugaban a fútbol entre las cañas; admite Nacho Romero que fumaba a escondidas cuando aún era adolescente; y Toni Boix todavía celebra el privilegio de pasearlo cuando está amaneciendo. Tanto para Alberto Alonso como para Mar Soler, los recuerdos en torno al río son un barrido hacia la orilla de la infancia...
El río invita a quedarse. Por eso es posible que a muchas personas cuando están en él les apetezca comer en una de sus mesas o espacios acondiconados para ello. El problema es no haber llevado nada para echarse a la boca. Ese escollo se puede salvar llamando a algunas de las empresas que ofrece servicios de delivery door to door y lleva sus cátering a parques de la ciudad como el jardín del Turia. Ellos preparan un picnic, cuyo packaging es de cartón, respetuoso con el medio ambiente. Además toods los materiales de aspecto plástico que usan son compostables. Suelen preparar todo tipo de menús (también para veganos) y trasladan cualquier elemento que el usuario necesite para que disfrute de su comida en el antigo cauce.
No es una cafetería al uso. Es un centro de ocio en el que los niños (y no tan niños) pueden jugar una partida de lasergame. Tiene futbolín, servicio de barra y otros juegos de mesa.
Entre partida y partida se puede disfrutar de un picoteo.
La parada perfecta en el parque de Cabecera. Con vistas al gran lago, este oasis de paz sirve tapas grandes y paellas.
Su amplia terraza con vistas al lago se llena de familias con niños.
Tres mesas de picnic bajo la sombra permiten resguardarse de los días en los que el calor aprieta.
Espacio idóneo para protegerse del sol a lo largo del río.
Dos mesas a la altura del Jardín Botánico para los que deciden descansar de su travesía.
Zona habilitada en el río para descansar y comer.
Visitantes y vecinos eligen este bar, cercano a la estación de autobuses, para almorzar.
Sencillo bar idóneo para almorzar.
El campo de rugby, ubicado en el tramo V del Jardín del Turia, cuenta con su propia cafetería. Tiene una amplia terraza unida a la zona de juego con una zona cubierta.
Bar unido al campo de rugby con una gran terraza cubierta.
Dos mesas de picnic pegadas al campo municipal de béisbol y sofbol Valencia.
Espacio del río bajo la sombra cercano al campo de béisbol de la ciudad.
Este bar situado dentro del campo de béisbol permite a los visitantes y familiares acompañar a los jugadores mientras toman un tentempié.
Bar del campo de béisbol para jugadores y acompañantes.
Tapas, bocadillos, empanadas y golosinas en este local situado dentro del campo de fútbol.
Cafetería ubicada dentro del campo de fútbol.
Zona de picnic para desenvolver el bocadillo y disfrutar de la tranquilidad del pulmón verde de Valencia.
Merendero en medio del antiguo cauce para disfrutar de un picnic.
Uno de los placeres del río es cobijarse bajo sus árboles para comer un bocadillo, siempre respetando el medio ambiente. El bosque de Ceiba Speciosa es idóneo para esto.
Uno de los placeres del río es cobijarse bajo sus árboles para comer.
En pleno corazón del parque, es la excusa perfecta para detenerse tras un buen paseo. Un café con tostadas y a continuar la marcha.
Cafetería tranquila ubicada junto al puente de la Exposición.
Beber un buen vino en el cauce es posible unos días al año gracias a la Feria del Vino.
Beber un buen vino en el cauce es posible unos días al año.
El río es el escenario de eventos gastronómicos como el Mercado Medieval entre otros, donde se instalan puestos que ofrecen a los visitantes tapas, embutidos y quesos.
El río acoge varios eventos gastronómicos a lo largo del año.
Un merendero entre varios árboles con vistas al Puente del Mar.
Un merendero entre varios árboles con vistas al Puente del Mar.
A los pies del Palau de la Música, la cocina no es su único reclamo. Aúna gastronomía, música, ocio y cultura en un solo espacio.
Espacio gastronómico y cultural cercano al Palau de la Música.
En la orila del río se encuentra este organismo oficial dedicado a la promoción de la gastronomía y de la hostelería de la Comunitat.
Organismo oficial dedicado a la promoción de la gastronomía y de la hostelería de la Comunitat.
Dos tranquilas mesas de picnic cerca del parque del Gulliver.
Merenderos cercanos al parque del Gulliver.
No hace falta estar en la playa para comer en un chiringuito. Esta terraza es una buena parada para tomar un café con vistas al cauce del río.
Terraza con vistas al río cercana a la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Con vistas al paisaje arquitéctonico de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, el local de fusión organiza ciclos de conciertos en su terraza.
Local de fusión ubicado en el complejo de Les Arts.
Carro de horchata unido a una gran terraza con vistas al lago. Se puede degustar la bebida más típica de la gastronomía valenciana, granizados y zumos.
Este stand de horchata se ubica junto al Museo de las Ciencias.
Tras una jornada cultural visitando el museo, el espacio cuenta con una cafetería para tomar algo rápido y seguir descubriendo el complejo.
Bar ubicado dentro del espacio cultural para reponer fuerzas.
Sabor italiano sin salir del río. El carpaccio de ternera, el risotto de trufa y boletus, la pizza calzone y la lasaña son sus apuestas más populares.
Dentro del museo se encuentra este local de cocina italiana.
Entre el Museo de las Ciencias y el Oceanogràfic hay varios puestos con mesas de picnic y unas vistas privilegiadas al lago.
Merenderos por la zona del río de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Comer y cenar bajo el agua es posible en este local del Oceanogràfic. Los comensales se zambullen en su cocina mediterránea rodeados de cientos de peces.
Un acuario de peces rodea este restaurante.